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CON LOS LIBROS, PARA LOS LIBROS, POR LOS LIBROS. si tu intención es escribir, hazlo con sencillez y claridad; la elegancia déjasela al sastre...(anónimo) * * * * * * * * BLOG de Juan Yáñez, dedicado a la literatura

lunes, 8 de enero de 2018

MACEDONIO FERNÁNDEZ


                                                Macedonio Fernández (1874-1952), Fue un escritor argentino quien aparte de sus originales escritos,  se destacan anécdotas, versos, sentencias filosóficas y metafísicas, aforismos humorísticos, que en ciertos pasajes lo avienen con los surrealistas europeos.
Estudió abogacía, se doctoró en Jurisprudencia en 1897 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde fuera condiscípulo y amigo del padre de Borges.  Durante veinticinco años Macedonio ejerció la abogacía sin demasiado entusiasmo. En 1910 fue nombrado fiscal en el Juzgado Letrado de Posadas (Misiones), donde también fue director de la biblioteca y conoció al escritor Horacio Quiroga. Durante mucho tiempo se contará como anécdota que perdió el cargo porque nunca condenó a nadie. Era un espíritu inquieto que lo llevó a participar con varios amigos en un proyecto para la fundación de una colonia socialista en la selva de Paraguay.
Como dato ilustrativo, con Macedonio al igual que otros escritores  como lo fueron Oliverio Girondo,  Alfosina Storni, Felisberto Hernández, quien fuera uruguayo,  y otros, son aquellos que no necesitan apellido, (más bien estorba) basta con el nombre de pila para identificarlos plenamente.
Fue Macedonio , autor de narraciones fantásticas que muestran su escepticismo ante la aplicación práctica de las teorías filosóficas. Su obra fue revalorizada después de que Jorge Luis Borges reconociera en él los orígenes de su narrativa. Formó parte del grupo «martinfierrista» e influyó en la obra narrativa de Leopoldo Marechal y en la poética de González Lanuza, sobre todo a través de la estrecha relación amistosa que mantuvo con ellos. En 1922 dirigió junto a Borges la segunda época de la revista Proa, que culminó en 1925. De toda su producción, tan sólo llegó a publicar apenas una, “No toda es vigilia la de los ojos abiertos” (1928). El resto de su producción literaria se editó posteriormente gracias al interés de sus amigos. Algunas de sus obras más destacadas son Papeles de recienvenido (1930), Una novela que comienza (1941), Continuación de la nada (1945), Poemas (1953) y Museo de la novela de la eterna (1967).
De los llamados escritores martinfierristas, agrupados en torno a la revista Martín Fierro, Macedonio  destaca sobre el panorama general de los años veinte. Autor de una obra de gran singularidad, es un caso claro de "escritor para escritores", pero justamente ese público de literatos lo convirtió en un clásico de las letras rioplatenses a fuerza de comentar, imitar, analizar.
Macedonio fue por sobre todo un gran conversador y a sus tertulias que comenzaban por la noche en “La Perla del Once”, de Rivadavia y Jujuy, y finalizaban al amanecer concurrían aquellos que se enriquecian intelectualmente oyéndolo hablar. Es menester considerar sus obras, verdaderos hitos de la literatura de vanguardia, como un eslabón imprescindible en la literatura argentina del siglo. Aún hoy hay mucha tela que cortar para dilucidar las consideraciones de difícil pronóstico y profundos fundamentos que se encuentran en su escritura. Esta se define como la de ningún otro escritor de su tiempo un verdadero cuestionamiento de la figura tradicional del lector. Macedonio Fernández obliga insistentemente a sus lectores a interrogarse acerca de hasta qué punto sigue siendo sostenible la división nítida entre lo real y lo aparente, o entre realidad y ficción. La propia existencia del lector y la idea de obra literaria son puestas en cuestión. Sus escritos atacan las dicotomías tradicionales de la filosofía y la vigencia de la división entre los diversos géneros literarios. En consonancia con el espíritu vanguardista que reinaba en los años veinte en casi todo el mundo occidental, puede definirse la obra de Macedonio  como una experimentación constante de las posibilidades de la prosa y el verso, que dejó marcas perdurables en la posterior narrativa argentina del siglo XX.
Ejerció desganadamente su profesión de abogado hasta que se alejó definitivamente de ella motivado por sus intereses literarios y filosóficos. En 1901 se casó con Elena de Obieta, en esos años mantuvo correspondencia con el filósofo estadounidense William James, que admiró su inédita manera de plantear la especulación filosófica en un lenguaje coloquial, abundante en detalles irónicos e incluso humorísticos.
Su primera obra poética, Suave encantamiento (1904), es un antecedente fundamental, aunque secreto, de la poesía argentina del siglo XX.

 Al morir su esposa en 1920, tras una operación quirúrgica, y los cuatro hijos que engendrara la pareja, quedaron al cuidado de abuelos y tías. Macedonio abandonó la jurisprudencia y se dedicó a vivir austeramente en pensiones del barrio Once y Tribunales. Sus únicas posesiones eran un sartén, un calentador Primus, una pava para el mate, una guitarra y una fotografía de William James. hecho que marcó un hito en su vida personal y en su trayectoria literaria; fue entonces cuando escribió la famosa elegía a su difunta esposa, Que llevó por título: Elena Bellamuerte, que se creyó perdida durante veinte años, hasta que fue recuperada por su hijo del interior de una lata de galletas y se publicó en la revista Sur, en 1941.
En 1927 se postuló como candidato a presidente de la nación. Fue un pretexto para desplegar una campaña electoral surrealista, con la complicidad de sus amigos. Fue "vencido" por Hipólito Irigoyen.  Su producción lírica apareció dispersa en publicaciones periódicas y luego se reunió en volumen, en una primera edición póstuma publicada en México en 1953.
Macedonio no se ajustó a ningún género; escribía, con exigencia, a partir de un humorismo que lo impulsaba a la fantasía, a la paradoja y a la especulación metafísica. Concebía obras de extraños títulos, de las que apenas si llegaba a escribir algunas, sin publicar casi ninguna.
En 1927 se postuló como candidato a presidente de la nación. Es un pretexto para desplegar una campaña electoral surrealista, con la complicidad de sus amigos. Fue "vencido" por Hipólito Irigoyen.
En 1947 se fue a vivir con su hijo Adolfo de Obieta, frente al Jardín Botánico.
"He logrado en toda mi obra escrita ocho o diez momentos en que, creo, dos o tres renglones conmueven la estabilidad, la unidad de alguien".
Jorge Luis Borges estuvo marcado por la escritura de Macedonio. tal como admitió públicamente en el homenaje tras su muerte: "Yo por aquellos años lo imité, hasta la transcripción, hasta el apasionado y devoto plagio." En 1922 funda la revista literaria Proa junto con Jorge Luis Borges, a quien fascinará con su personalidad y marcará en sus obras.
Publicó su primer libro en 1928: “No todo es vigilia la de los ojos abiertos”. En sus poemas misteriosos él declara un antecedente del movimiento ultraísta y en esta primera obra se reconoce como el primer autor metafísico argentino.
La literatura macedoniana, alejada del culto a los lugares comunes, propone la antisolemnidad con la teoría y la técnica del ‘humorismo conceptual’ muy valorado por Borges, influyó en toda una generación de intelectuales, entre los que habría que contar a Julio Cortázar..al como admitió públicamente en el homenaje tras su muerte: "Yo por aquellos años lo imité, hasta la transcripción, hasta el apasionado y devoto plagio."
Murió el 10 de febrero de 1952, a los 78 años.

Fuente: Notas reunidas de varios medios, entre ellos:  Casi Nada - WebMagazine- Indice septiembre 1998 - Indice General Temático -  http://usuarios.iponet.es/casinada/27maced2.htm-Wikipedia.

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