América (EE.UU) tuvo grandes escritores, uno de ellos fue Jack London, nacido en California en 1876. Tuvo una vida dura y se hizo a sí mismo. Decía que no recordaba quien le enseñara a leer y escribir, pero a los cinco años ya poseía ambas habilidades. Recuerda haber asistido a un colegio en Alameda, antes de marcharse con unos parientes a un rancho donde trabajó duramente desde los 8 años. A los quince años no gastaba los pocos centavos que lograba reunir para comprar caramelos u otras golosinas, sino que tomaba cerveza y decía que “me creía un hombre hecho y derecho”. Al pasar los años adquirió la calma que templó su genio y por todo ello, confesó que sería capaz de dar cualquier cosa para recuperar una niñez perdida.
“En aquella
época me sentía inmensamente desolado porque nadie de las personas que me
rodeaban carecían de gustos y conocimientos literarios y muchos no sabían ni siquiera leer y escribir”,
cuenta. Prosigue diciendo: “Sin embargo
tuve un abuelo que llegó a ser escribano , más no escritor. Fue conocido y
respetado como el “padre Juan” y siempre
mostró un fervoroso entusiasmo por difundir el evangelio”.
El primer
libro que leyó fue “Cuentos de la Alhambra” y siguieron muchos más. La mayoría
de valor poco literario, pero a poco se fue formando en el campo de las letras.
Leía todo lo que cayera a sus manos con
impresionante avidez.
A partir de
los 16 años se ocupó de mil oficios diferentes. Hasta fue marino y obrero en
una fábrica de yute donde trabajaba más de quince horas diarias. Comienza a
publicar y obtener alguna paga por sus trabajos, después de muchos avatares
logra en 1900 publicar su primer libro. Pasan los años y se convierte en un
escritor reconocido cuando cumple 25 años de edad.
Escribe
durante 19 horas y eso significa 7.000 palabras diarias. En 1903 se publica su
novela más trascendente, El llamado de la Selva”, que se convierte en un gran éxito.
Recauda mucho dinero, en 6 meses se vendieron más de un millón de ejemplares.
Sin embargo el escritor recibe solo 2 mil dólares que el editor paga por los derechos del
manuscrito por adelantado.
En esta época Jack London a pesar de ser un
hombre de fortuna y gastar de acuerdo a ello, se autodefine como socialista.
Planifica un viaje con una nave propia que le costara más de cincuenta mil dólares. Mal construida casi naufraga en un
viaje de prueba. Al fin reparada, realiza el crucero planificado que solo dura
2 años, soportando tormentas y mal tiempo en el océano Pacífico. Durante la
travesía escribe una novela autobiográfica: “Martin Eden” que la crítica considera
su mejor obra. Asimismo escribe “La travesía del Snark”.
Durante 1913
a 1915 se abre una nueva época como escritor. Produce “John Barleycorn”, que
describe su vida como alcohólico. Gana mucho dinero con los diarios de grandes
tirajes las cuales le encargan reportajes entre otros sobre combates de box y
por la invasión yanqui en Veracruz.
Llegamos a
1916, cuando el escritor ya cuenta apenas 40 años, aunque muy deteriorado de
salud. Lo aqueja principalmente una fatal uremia que le provoca un persistente
sufrimiento. Utiliza narcóticos para soportar los dolores y la posibilidad de
dormir y descansar. Una noche de
noviembre cuando soporta un intenso ataque que acaba con un frasco de pastillas,
una mortifica dosis que el organismo no soporta. La muerte lo sorprende dormido, quizás al
igual que en “El llamado de la selva”, cuando el viejo lobo protagonista, ya
enfermo y desahuciado sueña cuando joven y fuerte dirige la marcha de la manada.
fuente: Marco A. Pulido
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