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CON LOS LIBROS, PARA LOS LIBROS, POR LOS LIBROS. si tu intención es escribir, hazlo con sencillez y claridad; la elegancia déjasela al sastre...(anónimo) * * * * * * * * BLOG de Juan Yáñez, dedicado a la literatura

sábado, 20 de enero de 2018

“Las voces del desierto” Marlo Morgan.


Días atrás encontré en una biblioteca un libro que despertó mi curiosidad. Lo pedí en préstamo y lo leí. La novela está caratulada por la biblioteca como “novela de aventuras”, se titula “Las voces del silencio” y su autora es Marlo Morgan, narra el supuesto viaje iniciático a través de Australia en compañía de un grupo de aborígenes australianos (conocido como "walkabout"), (esta última palabra significa ambulado o andado en inglés y es un rito de iniciación de los aborígenes australianos al que se someten en el periodo de la adolescencia y durante el cual viven en el desierto hasta seis meses). Según la autora los aborígenes australianos pretenden enviar, a través de ella, un mensaje a los occidentales con el objetivo de que no destruyan el planeta y modifiquen su artificial modo de vida, alejado de la espiritualidad y la naturaleza. Durante su iniciación, Marlo Morgan afirma ser testigo de curaciones rituales mediante el canto y la música.
La biografía de la autora nos dice que Marlo Morgan nació en Iowa. Estudió en la St. Agnes High School, en el Barstow Community College de la Universidad de Missouri, y en el Cleveland Chiropractic College, donde se doctoró en bioquímica y en medicina oriental. Se trasladó a Kansas City, Missouri, donde contrajo matrimonio y tuvo dos hijos. Tras 25 años de matrimonio se divorció, abandonó la carrera médica e inició su carrera como escritora.
Por supuesto la presente “novela” más se asemeja a una crónica de viaje, me resultó especialmente interesante y al terminar de leerla recabé en Internet más información y me encontré con la siguiente nota que dice así:
Esta entrada es para denunciar a este famoso Best-Seller que pretende ser una etnografía autobiográfica que nos lleva “más allá de las limitaciones del mundo occidental” y nos quiere ayudar a comprender el “contacto con la naturaleza que ha perdido el hombre de la metrópolis”.
Pues bien, este libro es completamente FICCIÓN. La señora Marlo Morgan en un arrebato de inspiración new age decidió inventarse una historia y venderla como cierta y logró venderla en 1,7 millones de dólares, acarreándole una serie de problemas a los nativos australianos que hasta la presente arrastran. Es penoso que no se haya hecho más bombo de esta desfachatez y caradura.
“En 1996 un grupo de ancianos aborígenes, indignados por este libro y el daño que estaba causando, obtuvieron una subvención del gobierno para viajar a Estados Unidos para confrontarse a Marlo Morgan y detener el rodaje de una película de Hollywood que se estaba haciendo sobre el libro. Los aborígenes obtuvieron una reacia disculpa de Marlo Morgan que yo escuché en la radio de Australia. Como ellos representaban a la gente del área a la que ella se refirió en su travesía por Australia, Morgan no tuvo más remedio que admitir que se inventó por completo la historia. Desafortunadamente, esta declaración no obtuvo mucha publicidad en los Estados Unidos. Para aquellos que aún escuchan el mensaje de Morgan por favor recordad que se trata simplemente de las reflexiones de una mujer blanca que preparó enteramente una mentira y engañó a su público admirador.”

(fuente liberfilia cinefilia-wikipedia)

lunes, 8 de enero de 2018

MACEDONIO FERNÁNDEZ


                                                Macedonio Fernández (1874-1952), Fue un escritor argentino quien aparte de sus originales escritos,  se destacan anécdotas, versos, sentencias filosóficas y metafísicas, aforismos humorísticos, que en ciertos pasajes lo avienen con los surrealistas europeos.
Estudió abogacía, se doctoró en Jurisprudencia en 1897 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde fuera condiscípulo y amigo del padre de Borges.  Durante veinticinco años Macedonio ejerció la abogacía sin demasiado entusiasmo. En 1910 fue nombrado fiscal en el Juzgado Letrado de Posadas (Misiones), donde también fue director de la biblioteca y conoció al escritor Horacio Quiroga. Durante mucho tiempo se contará como anécdota que perdió el cargo porque nunca condenó a nadie. Era un espíritu inquieto que lo llevó a participar con varios amigos en un proyecto para la fundación de una colonia socialista en la selva de Paraguay.
Como dato ilustrativo, con Macedonio al igual que otros escritores  como lo fueron Oliverio Girondo,  Alfosina Storni, Felisberto Hernández, quien fuera uruguayo,  y otros, son aquellos que no necesitan apellido, (más bien estorba) basta con el nombre de pila para identificarlos plenamente.
Fue Macedonio , autor de narraciones fantásticas que muestran su escepticismo ante la aplicación práctica de las teorías filosóficas. Su obra fue revalorizada después de que Jorge Luis Borges reconociera en él los orígenes de su narrativa. Formó parte del grupo «martinfierrista» e influyó en la obra narrativa de Leopoldo Marechal y en la poética de González Lanuza, sobre todo a través de la estrecha relación amistosa que mantuvo con ellos. En 1922 dirigió junto a Borges la segunda época de la revista Proa, que culminó en 1925. De toda su producción, tan sólo llegó a publicar apenas una, “No toda es vigilia la de los ojos abiertos” (1928). El resto de su producción literaria se editó posteriormente gracias al interés de sus amigos. Algunas de sus obras más destacadas son Papeles de recienvenido (1930), Una novela que comienza (1941), Continuación de la nada (1945), Poemas (1953) y Museo de la novela de la eterna (1967).
De los llamados escritores martinfierristas, agrupados en torno a la revista Martín Fierro, Macedonio  destaca sobre el panorama general de los años veinte. Autor de una obra de gran singularidad, es un caso claro de "escritor para escritores", pero justamente ese público de literatos lo convirtió en un clásico de las letras rioplatenses a fuerza de comentar, imitar, analizar.
Macedonio fue por sobre todo un gran conversador y a sus tertulias que comenzaban por la noche en “La Perla del Once”, de Rivadavia y Jujuy, y finalizaban al amanecer concurrían aquellos que se enriquecian intelectualmente oyéndolo hablar. Es menester considerar sus obras, verdaderos hitos de la literatura de vanguardia, como un eslabón imprescindible en la literatura argentina del siglo. Aún hoy hay mucha tela que cortar para dilucidar las consideraciones de difícil pronóstico y profundos fundamentos que se encuentran en su escritura. Esta se define como la de ningún otro escritor de su tiempo un verdadero cuestionamiento de la figura tradicional del lector. Macedonio Fernández obliga insistentemente a sus lectores a interrogarse acerca de hasta qué punto sigue siendo sostenible la división nítida entre lo real y lo aparente, o entre realidad y ficción. La propia existencia del lector y la idea de obra literaria son puestas en cuestión. Sus escritos atacan las dicotomías tradicionales de la filosofía y la vigencia de la división entre los diversos géneros literarios. En consonancia con el espíritu vanguardista que reinaba en los años veinte en casi todo el mundo occidental, puede definirse la obra de Macedonio  como una experimentación constante de las posibilidades de la prosa y el verso, que dejó marcas perdurables en la posterior narrativa argentina del siglo XX.
Ejerció desganadamente su profesión de abogado hasta que se alejó definitivamente de ella motivado por sus intereses literarios y filosóficos. En 1901 se casó con Elena de Obieta, en esos años mantuvo correspondencia con el filósofo estadounidense William James, que admiró su inédita manera de plantear la especulación filosófica en un lenguaje coloquial, abundante en detalles irónicos e incluso humorísticos.
Su primera obra poética, Suave encantamiento (1904), es un antecedente fundamental, aunque secreto, de la poesía argentina del siglo XX.

 Al morir su esposa en 1920, tras una operación quirúrgica, y los cuatro hijos que engendrara la pareja, quedaron al cuidado de abuelos y tías. Macedonio abandonó la jurisprudencia y se dedicó a vivir austeramente en pensiones del barrio Once y Tribunales. Sus únicas posesiones eran un sartén, un calentador Primus, una pava para el mate, una guitarra y una fotografía de William James. hecho que marcó un hito en su vida personal y en su trayectoria literaria; fue entonces cuando escribió la famosa elegía a su difunta esposa, Que llevó por título: Elena Bellamuerte, que se creyó perdida durante veinte años, hasta que fue recuperada por su hijo del interior de una lata de galletas y se publicó en la revista Sur, en 1941.
En 1927 se postuló como candidato a presidente de la nación. Fue un pretexto para desplegar una campaña electoral surrealista, con la complicidad de sus amigos. Fue "vencido" por Hipólito Irigoyen.  Su producción lírica apareció dispersa en publicaciones periódicas y luego se reunió en volumen, en una primera edición póstuma publicada en México en 1953.
Macedonio no se ajustó a ningún género; escribía, con exigencia, a partir de un humorismo que lo impulsaba a la fantasía, a la paradoja y a la especulación metafísica. Concebía obras de extraños títulos, de las que apenas si llegaba a escribir algunas, sin publicar casi ninguna.
En 1927 se postuló como candidato a presidente de la nación. Es un pretexto para desplegar una campaña electoral surrealista, con la complicidad de sus amigos. Fue "vencido" por Hipólito Irigoyen.
En 1947 se fue a vivir con su hijo Adolfo de Obieta, frente al Jardín Botánico.
"He logrado en toda mi obra escrita ocho o diez momentos en que, creo, dos o tres renglones conmueven la estabilidad, la unidad de alguien".
Jorge Luis Borges estuvo marcado por la escritura de Macedonio. tal como admitió públicamente en el homenaje tras su muerte: "Yo por aquellos años lo imité, hasta la transcripción, hasta el apasionado y devoto plagio." En 1922 funda la revista literaria Proa junto con Jorge Luis Borges, a quien fascinará con su personalidad y marcará en sus obras.
Publicó su primer libro en 1928: “No todo es vigilia la de los ojos abiertos”. En sus poemas misteriosos él declara un antecedente del movimiento ultraísta y en esta primera obra se reconoce como el primer autor metafísico argentino.
La literatura macedoniana, alejada del culto a los lugares comunes, propone la antisolemnidad con la teoría y la técnica del ‘humorismo conceptual’ muy valorado por Borges, influyó en toda una generación de intelectuales, entre los que habría que contar a Julio Cortázar..al como admitió públicamente en el homenaje tras su muerte: "Yo por aquellos años lo imité, hasta la transcripción, hasta el apasionado y devoto plagio."
Murió el 10 de febrero de 1952, a los 78 años.

Fuente: Notas reunidas de varios medios, entre ellos:  Casi Nada - WebMagazine- Indice septiembre 1998 - Indice General Temático -  http://usuarios.iponet.es/casinada/27maced2.htm-Wikipedia.

miércoles, 3 de enero de 2018

JACK LONDON (Hablando de escritores)


                                  
                                   América (EE.UU) tuvo grandes escritores, uno de ellos fue Jack London, nacido en California en 1876. Tuvo una vida dura y se hizo a sí mismo. Decía que no recordaba quien le enseñara a leer y escribir, pero a los cinco años ya poseía ambas habilidades. Recuerda haber asistido a un colegio en Alameda, antes de marcharse con unos parientes a un rancho donde trabajó duramente desde los 8 años. A los quince años no gastaba los pocos centavos que lograba reunir  para comprar caramelos u otras golosinas, sino que tomaba cerveza  y decía que “me creía un hombre hecho y derecho”. Al pasar los años adquirió la calma que templó su genio y por todo ello, confesó que sería capaz de dar cualquier cosa para recuperar una niñez perdida.
“En aquella época me sentía inmensamente desolado porque nadie de las personas que me rodeaban carecían de gustos y conocimientos literarios y  muchos no sabían ni siquiera leer y escribir”, cuenta. Prosigue diciendo:  “Sin embargo tuve un abuelo que llegó a ser escribano , más no escritor. Fue conocido y respetado como el “padre Juan” y  siempre mostró un fervoroso entusiasmo por difundir el evangelio”.
El primer libro que leyó fue “Cuentos de la Alhambra” y siguieron muchos más. La mayoría de valor poco literario, pero a poco se fue formando en el campo de las letras. Leía todo lo que cayera a sus manos  con impresionante avidez.
A partir de los 16 años se ocupó de mil oficios diferentes. Hasta fue marino y obrero en una fábrica de yute donde trabajaba más de quince horas diarias. Comienza a publicar y obtener alguna paga por sus trabajos, después de muchos avatares logra en 1900 publicar su primer libro. Pasan los años y se convierte en un escritor reconocido cuando cumple 25 años de edad.
Escribe durante 19 horas y eso significa 7.000 palabras diarias. En 1903 se publica su novela más trascendente, El llamado de la Selva”, que se convierte en un gran éxito. Recauda mucho dinero, en 6 meses se vendieron más de un millón de ejemplares. Sin embargo el escritor recibe solo 2 mil dólares  que el editor paga por los derechos del manuscrito  por adelantado.
 En esta época Jack London a pesar de ser un hombre de fortuna y gastar de acuerdo a ello, se autodefine como socialista. Planifica un viaje con una nave propia que le costara más de cincuenta mil  dólares. Mal construida casi naufraga en un viaje de prueba. Al fin reparada, realiza el crucero planificado que solo dura 2 años, soportando tormentas y mal tiempo en el océano Pacífico. Durante la travesía escribe una novela autobiográfica: “Martin Eden” que la crítica considera su mejor obra. Asimismo escribe “La travesía del Snark”.
Durante 1913 a 1915 se abre una nueva época como escritor. Produce “John Barleycorn”, que describe su vida como alcohólico. Gana mucho dinero con los diarios de grandes tirajes las cuales le encargan reportajes entre otros sobre combates de box y por la invasión yanqui en Veracruz.

Llegamos a 1916, cuando el escritor ya cuenta apenas 40 años, aunque muy deteriorado de salud. Lo aqueja principalmente una fatal uremia que le provoca un persistente sufrimiento. Utiliza narcóticos para soportar los dolores y la posibilidad de dormir y descansar.  Una noche de noviembre cuando soporta un intenso ataque que acaba con un frasco de pastillas, una mortifica dosis que el organismo no soporta.  La muerte lo sorprende dormido, quizás al igual que en “El llamado de la selva”, cuando el viejo lobo protagonista, ya enfermo y desahuciado sueña cuando joven y fuerte dirige la marcha de la manada. 

fuente: Marco A. Pulido