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CON LOS LIBROS, PARA LOS LIBROS, POR LOS LIBROS. si tu intención es escribir, hazlo con sencillez y claridad; la elegancia déjasela al sastre...(anónimo) * * * * * * * * BLOG de Juan Yáñez, dedicado a la literatura

domingo, 29 de enero de 2012

EL CAZADOR (cuento)




Antonio Pilara 

Rodeado por la espesura, caminaba con los músculos tensos, su instinto, le decía que su ansiada presa estaba cerca.
Habían sido días fructíferos, se sentía satisfecho de su éxito en este safari, con el correr de los años, ya había obtenido las piezas que siempre había deseado, pero le faltaba un trofeo, siempre, ya al alcance de su mira su objetivo se escabullía, lo único que le interesaba era su piel, la piel de una leona. Estaba en sus pensamientos cuando de golpe frente a él, la vio; apresto su arma, pero algo lo contuvo en disparar.

La vio sentada, con un porte arrogante y escuchó una voz pausada y tranquila.
_ ¿Porque no disparas? _ Se volvió para ver quien era la intrusa dentro de su coto, pero noto que estaba solo, y volvió a escuchar esa voz.
_ Por primera ves estas frente a mí... me estas mirando yo la que te habla.

Sin bajar el rifle, la miro con desconcierto y pensó.
_ “El calor me está jugando una mala pasada. _ Volvió a mirar a su alrededor y casi gritando.
_ El gracioso que se oculta, le ordeno que se muestre.
_ No hay nadie, solo estamos tú y yo,... hace días que vengo observándote. _ En ese momento se percato que la voz provenía del animal y con una sonrisa llena de sarcasmo se dijo para sí.

_ Estoy delirando, los animales me hablan.
_ No estas delirando y si los animales hablan, lo que pasa que el hombre nunca presto atención en ese ínfimo detalle, pero te puedo decir que algunos de tu especie si nos entienden y se comunican con otras especies.
No sabia, porque todavía se quedaba frente al animal, éste lo miraba casi con compasión, mientras mantenía su porte, y con calma le dijo para tranquilizarlo.

_ Créeme, no estas loco, no hay nada raro en lo que te está sucediendo,... estabas buscándome para matarme y llevarte un trofeo para demostrar tu valentía ante tus amigos, quizás para mostrar tu superioridad en una sociedad llena de actitudes que solo lo han llevado a un punto critico. El cazador molesto le pregunto.
_ ¿Si eres real como tu dices,... ¿porque no me has atacado?

La voz sonó risueña.
_ No tengo necesidad de atacarte, no te necesito como trofeo, ni tampoco como sustento, pero si tu necesitas matarme.
Se quedo pensativo y pregunto con sorna.
_ ¿Porque no necesitas matarme?
_ Muy simple, yo mato para comer, y tu no. ... ¿Porque he de matarte?
_ Eres un animal salvaje.

_ ¿Tu que eres?
_ Soy un hombre, soy un ser racional.
_ Y yo soy una leona, perteneciente a la especie de los felinos, pertenezco al reino animal como tu. ... ¿Puedo hacerte una pregunta?.
Se quedo unos instantes mirándola y contestó.
_ Sí.
_ ¿Me temes?
No contestó se quedó mirándola y con cierta vergüenza le contestó.

_ Si te temo
_ Bien eso demuestra que eres el hombre.
El cazador levantó el arma y gritó.
_ Basta con toda está estupidez, vine a matarte y eso haré.
Con tranquilidad le dijo.
_ Antes de apretar el gatillo, por favor concédeme una última pregunta.
Sin dejar de apuntar le contestó.

_ Hazlo de una vez.
_ ¿Tus hijos me temen?
Él la miró sin mirar, su mente lo transportó hasta su lejano hogar, bajó el arma y mirándola con suficiencia le contestó.
_ Lógicamente que te temen, eres una bestia salvaje, han visto a tus semejantes atacando a otras bestias, matándola sin compasión.

_ El temor de los niños se lo contagian sus mayores, lo niños tienen el alma limpia de temores, comprenden nuestras luchas,... matamos al más débil, su carne alimentara a nuestros hijos, pero mi carne no alimentara a los tuyos, mi piel no los abrigara, solo alimentaras tu ego, tu vanidad. El hombre mata solo por el hecho de matar.
_ Basta. _ El grito resonó en la sabana y la leona con tranquilidad le dijo.
_ Has lo que tengas que hacer, ¿pero sabes porque me matas?

_ Si,... porque soy el hombre ante la bestia. _ Y disparó, el eco del disparo recorrió la pradera, la leona cayo, el cazador se acerco con cautela y observo que estaba agonizando, ésta lo miro con ojos llenos de compasión y con el último aliento le dijo.
_ Sabes,... moriré feliz, gracias a mi muerte el hombre seguirá siendo el hombre,... Que pena.

FIN



material gráfico: taringa.com   bobastro2.blogspot.com

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