Se le
recuerda especialmente por ser el autor de “Juvenilia”, el recordado libro de
nuestra juventud.
¿Quién de
los de nuestra generación y educación no ha leído este libro con el mayor
cariño y emoción. Como bien sabemos fue Miguel Cané estudiante del Colegio
Nacional de Buenos Aires, quien fuera su nostálgico escenario de su libro. Actualmente el lugar es
el paseo histórico de la "Manzana de las Luces"), en la época en que
era un internado de varones, durante la dirección del canónigo Eusebio Agüero y
como alumno del profesor francés Amadeo Jacques.
Fue sobre
todo político, funcionario público, luego de graduarse de abogado, cumple su
función pública con la mejor disposición
en aquellos tiempos de Sarmiento o Mitre, estructuraban la organización
nacional. Fue funcionario parlamentario de fundamento. Ministro plenipotenciario
en varios gobiernos extranjeros. Fue el primer decano de la Facultad de
filosofía y letras. Secretario de estado como ministro del Interior y de
Relaciones Exteriores.
Desempeñó
muchos cargos y lo hizo con la mayor responsabilidad y vocación de servicio.
Tuvo una firme aptitud para la literatura, una de las plumas más
representativas de la Generación del 80 de la Literatura argentina, la más preciada
de su personalidad, que cultivó cuando
le sobrara tiempo en sus ocupaciones públicas. Fue hijo de Miguel Toribio Cané Andrade y Eufemia Casares Morales, ambos
porteños, y nació en Montevideo en 1851, durante la expatriación de su familia.
A los dos años de edad llegó a Buenos Aires con su familia, poco después de la
caída de Juan Manuel de Rosas.
Es de
destacar su excelente traducción del clásico de Shakespeare, “Enrique IV”.
Murió joven, seguramente sin dar lo mejor de sus valores intelectuales y
artísticos.