Imagen del Che Guevara de 1965 |
EFE /
BUENOS AIRES
Día
28/04/2015 - 13.30h
«Che
Guevara. Valgo más vivo que muerto» se presenta estos días en la Feria Internacional
del Libro de Buenos Aires
«Sin
contacto con Manila», anotó varias veces en su diario Ernesto Che Guevara antes
de morir en Bolivia. Detrás de esa frase se esconde, según el veterano
periodista cubano Alberto Müller, «el abandono» del líder cubano Fidel Castro
al célebre guerrillero argentino.
Manila
era el nombre en clave de Cuba, asegura Müller en una entrevista con motivo de
la presentación de su obra «Che Guevara. Valgo más vivo que muerto» en la Feria Internacional
del Libro de Buenos Aires que se celebra estos días en la capital argentina.
El
título, tomado de la supuesta frase que pronunció el «Che» Guevara cuando fue
descubierto en la aldea boliviana de La Higuera , contrapone el deseo de sobrevivir del
guerrillero frente a las órdenes dadas por Castro de evitar ser capturado vivo
y supone otro ejemplo de las «grandes diferencias» existentes en 1967 entre
ambos, según Müller.
El autor
destaca que en La Habana
existía una unidad guerrillera preparada para salir a rescatar a Guevara, pero
«Fidel nunca autorizó el rescate» y lo abandonó a su suerte. El Che fue
fusilado el 9 de octubre en la aldea boliviana de La Higuera.
«Murió de
forma lamentable. Sin medicinas para el asma, sin botas sino paños en los pies,
sin agua, sin comida y sin aliados», indica Müller.
Para
entender la retirada de apoyo de Castro a Guevara, el periodista lleva al
lector a lo que considera un punto de inflexión, la conferencia Afroasiática
celebrada en Argel en 1965.
A su juicio, el discurso pronunciado por el guerrillero
en el encuentro supuso «un rompimiento del Che con la Unión Soviética
que daña la relación de Fidel».
Guevara
criticó a los soviéticos, a los que acusó, sin citarlos, de ser «cómplices de
la explotación imperial» de Estados Unidos, en un momento en que el líder
cubano buscaba cerrar acuerdos de colaboración militar con el Kremlin.
Según
Müller, el distanciamiento entre los dos crece con el paso del tiempo, se
agrava con la retirada del Congo pactada por Castro a las espaldas del Che y
culmina con la misión a Bolivia, que el entrevistado considera «un suicidio
inducido».
«¿Por qué
Bolivia?», le preguntaría el periodista a Castro si lo tuviese delante. «La
posición del Che corría en contra de los intereses de Fidel» -aventura como
posible respuesta- «Se convirtió en un apestado para la revolución cubana, una
piedra en el zapato».
Como
varios historiadores y biógrafos del Che que consultó en su investigación, el
autor subraya que el Guevara «se quería ir a Argentina, a su tierra, a
liberarla» y cree que «en La
Habana le inventan Bolivia». Müller descubrió que Castro
había admitido dos años antes que Bolivia «no tenía condiciones para la
guerrilla» y que los campesinos no necesitaban una revolución porque eran
propietarios de las tierras gracias a una reforma agraria previa.
Aún así,
el líder cubano envió allí a Guevara y meses después retiró el enlace con La Paz , lo que aumentó el
aislamiento de los guerrilleros y empeoró su situación. «Creo que el Che tiene
que haber muerto muy consciente de su traición», sentencia.
El autor
se muestra convencido de que con el tiempo la Historia se encargará «de
separar la revolución del Che de la de Fidel» y defiende que el primero era
«más puro», «dio su vida por un ideal» y murió «con una moral intachable».
Además,
conjetura que, de estar vivo, «el Che estaría más cerca de la madre Teresa de
Calcuta que de Fidel» y se indignaría con la situación actual de la isla
caribeña.
Müller,
residente en Miami (EE.UU.), remarca que «el pueblo cubano ha sufrido mucho» en
el último medio siglo y aplaude el acercamiento entre Raúl Castro y el Gobierno
del presidente estadounidense, Barack Obama.
«Me
parece formidable. Han sido 50 años de bloqueos y embargos sin mucha
justificación. El aislamiento no debería ser nunca una política de gobierno»,
concluye.