Una
muestra reúne fotos de su archivo familiar y de la situación que su país
atravesaba hacia el fin del zarismo.
Cumbre. Tolstoi (der.) junto al también escritor Anton Chéjov, en 1901.
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En familia. El autor de “Guerra y Paz” junto a sus nietos en 1909. |
Epidemia. Un médico revisa a un enfermo de tifus, en tiempos aún zaristas. |
POR BÁRBARA ALVAREZ PLÁ. Revista Ñ. Clarín Buenos Aires LITERATURA19/05/14
Escritas
en letra negra sobre una pared muy blanca, llaman la atención estas palabras:
“...Los campesinos, ¿cómo mueren los campesinos? Me voy... no pueden
detenerme... ¡Déjenme solo!”. Las firma el escritor ruso León Tolstoi
(1828-1910), y justo encima, lo vemos en una foto, en su lecho de muerte.
Escondido tras su espesa y larga barba, parece dormir en paz. Al lado, un video
pasa las imágenes de los funerales del gran escritor, uno de los más
importantes novelistas de la historia de la literatura. Es solamente una de las
partes –la más impactante– en que está estructurada la muestra Tolstoi, el
espejo del alma rusa, que estos días se puede ver en el Centro Cultural Borges,
de la mano de la Casa
de Rusia en Buenos Aires, la embajada y el Museo Yasnaya Polyana, la casona
situada 200
kilómetros al sur de Moscú, donde vivieron el escritor y
su esposa, Sofía, transcriptora de muchas de sus obras. La muestra, curada por Virginia Fabri, se
compone principalmente de fotografías del escritor y su familia, pero tiene
además otro núcleo importante integrado por fotógrafías inéditas que muestran
el clima y la evolución de la
Rusia de la época. Explica Fabri: “Recibí mucho material de
los archivos de la familia Tolstoi, pero me parecía que faltaba algo para que
se terminara de entender el contexto histórico en el que vivió”. Así decidió
añadir fotos de la Rusia
del momento, y para ello recurrió a los archivos de dos grandes fotógrafos
contemporáneos al escritor. Prokudin-Gorsky, autor de los mejores retratos a
color de Tolstoi –exhibidos en el Borges– viajó en el transiberiano por Rusia
para documentarla, a pedido del Zar Nicolás I. El segundo de los fotógrafos,
Maxim Dmitriev, fue también contratado, esta vez para recorrer y documentar la
zona del Volga. Las fotos de los dos artistas le dan el marco perfecto a esta
muestra. Sus imágenes nos llevan desde la Rusia campesina y las iglesias ortodoxas, a la Rusia más industrial, con
sus teatros y sus estaciones ferroviarias. El resto de las fotografías que
componen la muestra, las pertenecientes al archivo de la famlia Tolstoi,
muestran al escritor jugando con sus nietos, paseando con su hermana, sentado a
la mesa con su numerosa familia o trabajando en el que fuera su estudio. También podemos ver en la sala fotografías de
Tolstoi junto a otros grandes escritores rusos, como Anton Chéjov o Máximo
Gorki. “Ver las imágenes de Tolstoi con grandes escritores como estos es un
documento histórico excepcional”, afirma Fabri, que dice estar sorprendida de
la acogida que la muestra está teniendo en Buenos Aires. El día de la
inauguración, la semana pasada, fue el bisnieto del escritor, Sacha Tolstoi,
quien oficializó la apertura y en la sala, “no cabía ni un alfiler”, explica
Fabri. Sacha, que vive en Uruguay, vino especialmente para la inauguración de
la exposición y, durante el acto, confesó que, cuando era adolescente, no le
gustaba llamarse Tolstoi: “Me parecía que no existía, que el único Tolstoi que
le interesaba a la gente era el escritor”, dijo.
Frases de
las novelas del gran León Tolstoi se leen por todas partes, y en el medio de la
sala, una vitrina muestra algunas de las primeras ediciones, en ruso, de las
obras de este escritor que, tras una crisis espiritual, renunció a sus orígenes
nobles y a una vida llena de excesos para vivir como lo hacían los campesinos,
a los que tanto admiraba. Llegó incluso a influir en las ideas de Mahatma
Gandhi, con quien mantuvo una extensa correspondencia y en cuyas ideas
influiría de forma importante. No por nada el proyecto de pueblo comunitario
que Gandhi creó en Sudáfrica, antes de partir en busca de la independencia de la India , se llamó “Aldea
Tolstoi”.
La
muestra, que permanecerá abierta hasta el 8 de junio, se completa con un ciclo
de charlas sobre el escritor y la proyección de las versiones rusas de las
adaptaciones cinematográficas de Ana Karenina y Guerra y Paz, film que ganó el
Oscar a la mejor película extranjera en 1968. Una oportunidad única para dar un
paseo por la interesante vida de este escritor y por el contexto histórico de
un país sin el que nada habría sido lo mismo. “Las convenciones cambian con los
tiempos, pero los conflictos son los mismos”, afirma la curadora, “por eso
Tolstoi va a seguir siempre encandilando a la gente”.
EL BLOG OPINA
¿Cómo nos habría gustado estar en Buenos Aires y acudir a la muestra...? Siempre nos interesaron los grandes novelistas rusos, que aprendimos a leer con pasión en nuestra adolescencia. A propósito de Tolstoi, conservamos un pequeño volumen que incluye, "La muerte de Ivan Ilich", "El Padre Sergio" y "Después del baile", la seguna obra, "El Padre Sergio" tiene un contenido profundamente humano y místico. Aprovechando el espacio en las últimas páginas en blanco del libro, escribimos unas palabras que apenas recordamos, dicen así: "¿Cómo muere un campesino?, dijo al morir León Tolstoi. Murió el poeta en la cama del jefe de una estación de trenes en 1910, donde llegó después de haber huido de su casa, por una pelea con su mujer, demente. Compartía el trabajo y la compañía de los humildes, pero siempre mantuvo una vida burguesa y de ostentación. Fue sin duda un gran escritor con mucha imaginación. Sus funerales tuvieron un significado político por la propia exaltación del proletariado. 03. 2002"
EL BLOG OPINA
¿Cómo nos habría gustado estar en Buenos Aires y acudir a la muestra...? Siempre nos interesaron los grandes novelistas rusos, que aprendimos a leer con pasión en nuestra adolescencia. A propósito de Tolstoi, conservamos un pequeño volumen que incluye, "La muerte de Ivan Ilich", "El Padre Sergio" y "Después del baile", la seguna obra, "El Padre Sergio" tiene un contenido profundamente humano y místico. Aprovechando el espacio en las últimas páginas en blanco del libro, escribimos unas palabras que apenas recordamos, dicen así: "¿Cómo muere un campesino?, dijo al morir León Tolstoi. Murió el poeta en la cama del jefe de una estación de trenes en 1910, donde llegó después de haber huido de su casa, por una pelea con su mujer, demente. Compartía el trabajo y la compañía de los humildes, pero siempre mantuvo una vida burguesa y de ostentación. Fue sin duda un gran escritor con mucha imaginación. Sus funerales tuvieron un significado político por la propia exaltación del proletariado. 03. 2002"
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