Juan Yáñez
Poeta se nace, no se hace, parece
decir Pedro Bonifacio Palacios, aquel que adoptara como pseudónimo: Almafuerte.
Un autodidacta que se formara en el
medio rural y allí en ese entorno agreste y primitivo fue maestro, vocación que
lo llevara al hacer en cualquier rancho una escuelita y enseñar las primeras
letras a niños y adultos con una profunda ternura que brotaba de un alma combativa
y agreste.
Fue el poeta un amante de todo aquello que encuadrara
dentro la humildad más tenaz donde solo tiene cabida la esencial sencillez,
ignorando toda solemnidad o protocolo.
Su producción poética luce espontánea y muchas veces ruda
o defectuosa, característica de un bregador del verso, precisamente nos parece
que al no disponer de alguna palabra
adecuada para un verso, apela a sus propios recursos de una sensibilidad poética que
asombra por su naturalidad expresiva.
Alguien dijo acertadamente de Almafuerte que encuadra su
expresión en la voz de un poeta que se considera un <“profeta” -de los
humildes y humillados-, que habla como un predicador cristiano de la caridad, la moral y el
humanitarismo>
El estudio de su obra poética es imposible ubicarlo como
romántico o modernista. El pesimismo, el inconformismo , su ira y frustración se transluce a a través de sus mejores
poemas. Entre ellos “El Cantar de los
Cantares”, “La Sombra de la Patria”.
“Jesús”, “Dios te salve”, “El Misionero”, "Avanti"
En toda su obra el
tema central es el hombre, su relación con Dios, su humanidad y el universo todo.
Podemos decir y sin la menor intención de humillar, porque cultura es la expresión de los pueblos, y es correcto no ocultar aquello que es fidedigno. Esencialmente su vocabulario, su estilo y su temática está dirigidas a la plebe , que él mismo
denomina “la recua vil sudorosa”.
Nuestro poeta había nacido en 1854, en San Justo, Pcia. De Buenos Aires, y
muere en La Plata en 1917.
*(Borges tiene palabras de reconocimiento para Almafuerte) .
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*(Borges tiene palabras de reconocimiento para Almafuerte) .
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Jorge Luis Borges habla sobre el poeta Almafuerte
Resumen
El escritor se refiere al poeta Pedro Bonifacio Palacios Almafuerte, su persona y su obra. Describe la época en la que escribió, su mirada del mundo, su "desventura de ser poeta", sus lecturas. Borges nombra a Almafuerte como el primer poeta "argentino". Jorge Luis Borges, escritor argentino (24 de agosto de 1899-14 de junio de 1986) Almafuerte, poeta argentino (13 de mayo de 1854-28 de febrero de 1917). Contenido: Testimonio de: Jorge Luís Borges sobre Almafuerte. Borges lee versos de Almafuerte. Borges lee versos de Almafuerte sobre el perdón. Borges se refiere a la poesía argentina.
Notas
Ciclo: Archivo de la Palabra. Grabado en el Círculo de Periodistas. Este testimonio no tiene registro sobre la fecha de grabación.
Información general
¡AVANTI!
Pedro B.
Palacios - Almafuerte
Si te postran
diez veces, te levantas
otras diez,
otras cien, otras quinientas:
no han de ser
tus caídas tan violentas
ni tampoco, por
ley, han de ser tantas.
Con el hambre
genial con que las plantas
asimilan el
humus avarientas,
deglutiendo el
rencor de las afrentas
se formaron los
santos y las santas.
Obsesión casi
asnal, para ser fuerte,
nada más
necesita la criatura,
y en cualquier
infeliz se me figura
que se mellan
los garfios de la suerte . . .
¡Todos los
incurables tienen cura
cinco segundos
antes de su muerte!
¡PIU AVANTI!
No te des por
vencido, ni aun vencido,
no te sientas
esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de
pavor, piénsate bravo,
y arremete
feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del
clavo enmohecido
que ya viejo y
ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde
estupidez del pavo
que amaina su
plumaje al primer ruido.
Procede como
Dios que nunca llora;
o como Lucifer,
que nunca reza;
o como el
robledal, cuya grandeza
necesita del
agua y no la implora...
Que muerda y
vocifere vengadora,
ya rodando en el
polvo, tu cabeza!
¡MOLTO PIU
AVANTI!
Los que vierten
sus lágrimas amantes
sobre las penas
que no son sus penas;
los que olvidan
el son de sus cadenas
para limar las
de los otros antes;
Los que van por
el mundo delirantes
repartiendo su
amor a manos llenas,
caen, bajo el
peso de sus obras buenas,
sucios,
enfermos, trágicos,... ¡sobrantes!
¡Ah! ¡Nunca
quieras remediar entuertos!
¡nunca sigas
impulsos compasivos!
¡ten los garfios
del Odio siempre activos
los ojos del
juez siempre despiertos!
¡Y al echarte en
la caja de los muertos,
menosprecia los
llantos de los vivos!
¡MOLTO PIU
AVANTI ANCORA!
El mundo
miserable es un estrado
donde todo es
estólido y fingido,
donde cada
anfitrión guarda escondido
su verdadero
ser, tras el tocado:
No digas tu
verdad ni al mas amado,
no demuestres
temor ni al mas temido,
no creas que
jamás te hayan querido
por mas besos de
amor que te hayan dado.
Mira como la
nieve se deslíe
sin que
apostrofe al sol su labio yerto,
cómo ansía las
nubes el desierto
sin que a
ninguno su ansiedad confíe...
¡Trema como el
infierno, pero rie!
¡Vive la vida
plena, pero muerto!
¡MOLTISSIMO PIU
AVANTI ANCORA!
Si en vez de las
estúpidas panteras
y los férreos
estúpidos leones,
encerrasen dos
flacos mocetones
en esa frágil
cárcel de las fieras,
No habrían de
yacer noches enteras
en el blando
pajar de sus colchones,
sin esperanzas
ya, sin reacciones
lo mismo que dos
plácidos horteras;
Cual Napoleones
pensativos, graves,
no como el tigre
sanguinario y maula,
escrutarían
palmo a palmo su aula,
buscando las
rendijas, no las llaves...
¡Seas el que tú
seas, ya lo sabes:
a escrutar las
rendijas de tu jaula!
VERA VIOLETA
En pos de su
nivel se lanza el río
por el gran
desnivel de los breñales;
el aire es
vendaval, y hay vendavales
por la ley del
no fin, del no vacío;
la más hermosa
espiga del estío
ni sueña con el
pan en los trigales;
el más dulce
panal de los panales
no declaró
jamás: yo no soy mío.
Y el sol, el
padre sol, el raudo foco
que fomenta la
vida en la Natura,
por calentar los
polos no se apura,
ni se desvía un
ápice tampoco:
¡Todo lo
alcanzarás, solemne loco,
siempre que lo
permita tu estatura!
LA YAPA
Como una sola
estrella no es el cielo,
ni una gota que
salta, el Océano,
ni una falange
rígida, la mano,
ni una brizna de
paja, el santo suelo:
tu gimnasia de
cárcel, no es el vuelo,
el sublime
tramonto soberano,
ni nunca podrá
ser anhelo humano
tu miserable
personal anhelo.
¿Qué saben de lo
eterno las esferas;
de las borrascas
de la mar, la gota;
de puñetazos, la
falange rota;
de harina y pan,
la paja de las eras?...
¡Detente, por
piedad, pluma no quieras
que abandone sus
armas el ilota!