A modo introductorio.
Juan Yáñez
Juan Yáñez
Alexander Solzhenitsyn, un
escritor ruso que luchara durante toda su vida contra la censura que el régimen
soviético imponía a sus ciudadanos. Estudió matemáticas, física, también
historia, filosofía, literatura y hacia esos temas enfocaba sus actividades académicas
y profesionales.
Fue soldado y luego
oficial durante la 2da. Guerra Mundial, varias veces condecorado por su valor;
sin embargo, en 1945 fue encarcelado por sus críticas, contenidas
exclusivamente en su correspondencia privada sobre la incapacidad militar de
Stalin. El oprobioso régimen, concluyentemente ruín, según nuestro parecer, pero que
el propio Solzhenitsyn
consideraba compatible con sus ideales, solo cuestionaba a algunos personeros
de las altas jerarquías comunistas y diversas situaciones que trasgredían la
ética y la moral. En esa oportunidad fue condenado a un campo de trabajo en
Siberia, en los que pasara ocho años. Esa experiencia lo inspira para escribir
“Un día en la vida de Iván Denisovich”, libro en el que relata las condiciones
extremas de los deportados a Siberia.
Pocos meses después de cumplir
en su totalidad la condena de ocho años, es nuevamente privado de su libertad y
deportado a una aldea de Kazajstán en la que pasa tres años.
Allí descubre que padece de un
cáncer, que la
Providencia se encargará
de curar. Este hecho será el incentivo que lo convertirá en un escritor a
tiempo completo, circunstancia con la que luego dará forma a otra novela,
“Pabellón de Cáncer”, cuyo comentario presentamos a continuación.
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Pabellón del Cáncer de Alexander Solzhenitsyn
La
literatura de Alexander Solzhenitsyn estuvo totalmente influenciada por la
situación de Rusia bajo el régimen de Stalin, en sus obras quería evidenciar la
situación de los rusos confinados en los campos de trabajos forzados, el exilio
forzoso, la corrupción administrativa, un sistema que acallaba a cualquier tipo
de sugerencia u oposición, un sistema que estaba lejos de construir ese “hombre
nuevo” que había prometido, precisamente el ruso más temido de la época de
Solzhenitsyn, Stalin.
Ese
cáncer que padecen los personajes confinados en un pabellón, poniendo sus
esperanzas en una quimioterapia, no es más que una alusión al cáncer que
representaba precisamente los muchos presos y reprimidos de una Rusia que para
Solzhenitsyn no podía ir de progresista y renovada, mientras millones eran
exiliados dentro de su territorio en las formas más despreciables de
represión. En ese pabellón el
protagonista y el resto de los
personajes, viven sus sentimientos humanos más comúnes, existe el odio, el
amor, la traición, la comprensión y es que el ser humano aún en las peores
circunstancias se deja llevar por las virtudes sí, pero con más ocasión por sus
defectos.
Podemos pensarnos
a Solzhenitsyn en el personaje principal, como él, nuestro autor era un crítico del régimen y
usó ya les digo su literatura para mostrar sus opiniones al respecto.
Solzhenitsyn nos lleva por un libro a veces lento, demasiado duro para algunos
¿pero no es dura siempre la realidad? y por una clase de la excelente literatura del Premio Nóbel ruso. El cáncer esa temida palabra, reune a
dispares personajes en el pabellón, y aunque las alusiones políticas sean algo
muy importante de la novela, también debemos tener en cuenta, ante la vista de
sus personajes que frente a una sentencia de muerte como es la enfermedad en
este caso del relato, todos con sus yerros y virtudes son iguales, después de
todo como bien se dice, se vive mientras hay vida con todos sus pasajes.
Después
de leer “Archipiélago Gulag” otra obra de Alexander Solzhenitsyn me pensé qué
más podría leer de un galardonado premio
Nóbel que nos da de primera mano los informes sobre su país, hay que tener
presente que Solzhenitsyn fue uno más entre millones de los que tuvieron que
sufrir a manos de la temida policia rusa y encerrado en la tenebrosa Lubyanka
de donde fue a parar a un campo de trabajos forzados y por un golpe de destino
enviado como preso a un centro de investigaciones científicas.
Esta “El
Pabellón del Cáncer” se cuenta entre sus primeras obras, aunque con el tiempo
fuera “Archipiélago Gulag” publicada en 1973 la más conocida. La vida del autor
estuvo marcada por el acoso gubernamental y su única pasión: escribir. Por la escritura se negó a abandonar una
Rusia que le era totalmente adversa.